Empecé a dibujar ojos hace unos años, en un ejercicio para contactarme con mis emociones. Con el tiempo, sentí que, en cada carrera, podía expresar mi visión del mundo y traducir los mensajes y emociones de la música, el arte, algunos hechos y situaciones cotidianas y encontrar la armonía, las disonancias y también las enarmonías de la vida.